¿Quién no se ha dejado llevar por los versos e inventó alguna vez una coplita? ¿Y quién no se ha hecho una de esas preguntas, a las que, de tan asombradas y asombrosas no se les encuentra respuesta? La poesía canta, cuenta y se ríe con ingenio en los versos de ocho sílabas de las coplas. Y también mira con ojos recién estrenados las maravillas del mundo y hace el gesto de sorprenderse para sorprender y poner a pensar a los que leen.