No tiene fin lo que jamás terminó.
Basada en una increíble historia real.
Unas misteriosas esquelas llegan a manos de una joven periodista. Siempre sin firmar. Siempre dedicadas a una tal Lucía. En ellas, se adivina una historia de amor, amistad y traición que sucedió en las viñas de Jerez durante el verano de 1958. Un amor inmortal cuyos protagonistas, a pesar de que han pasado cuarenta años, no quieren olvidar. Hay momentos que duran toda una vida.
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