Ramón J.Sender inició su trayectoria literaria con Imán (1930), una obra maestra sobre la guerra. Con un evidente trasfondo biográfico (Sender prestó servicio militar en Marruecos) y centrada en el desastre español de Annual (1921), la obra focaliza en el soldado Viance, carne de cañón, máquina de matar, hombre sin destino, y recrea con un dramatismo y una veracidad asombrosas las infinitas penalidades que conlleva todo conflicto bélico. El magistral prólogo de Nil Santiáñez pone de relieve las importantes conexiones de esta novela con la narrativa de guerra europea y la importancia de situarla en ese contexto para comprenderla cablamente. La anotación resuelve las numerosas dificultades que el léxico técnico, militar y de ambientación africana plantea a lectores de hoy.