Versión en cartoné con pequeño títere dedo del clásico de Carle. Ideal para llevar a todas partes.
La oruga era muy pequeña, pero tenía un hambre enorme. Así que se pasó todo este cuento comiendo, atravesando página tras página. Hasta que finalmente se convirtió, como todas las orugas, en mariposa. Un libro agujereado de verdad por la muy glotona.