LOS GIRASOLES CIEGOS

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Resumen

Más allá de su tupida pero níti­da prosa, del virtuosismo de su estructura o de su fuerza metafórica y poética, sobrecoge la impecable precisión con que sus cuatro historias capturan un dolor inasible y lo exponen sin una palabra de más.

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Categoría: Autores/as españoles/as

Editorial ANAGRAMA

Autor MÉNDEZ, Alberto

EAN/ISBN: 9788433968555

Incorporado en el catálogo: 01/04/2019

Formato: LIBRO RÚSTICO

Número de páginas: 160

Premio Nacional de Literatura 2005, Premio de la Crítica 2005, Premio Setenil 2004.

Un girasol ciego es un girasol que no busca el sol, un girasol inmóvil, un girasol -podría decirse- derrotado. Y la certeza de la derrota, de ese va­cío que atenaza tanto a los vencidos como a los vencedores de la guerra, es lo que anuda las cuatro historias de Los girasoles ciegos, que se sitúan en la inmediata posguerra española: un capitán del ejército franquista se rebela contra la avaricia de muerte y se rinde al enemigo el último día de la contienda; un bisoño aprendiz de poeta, huido a la montaña con su novia embarazada, afronta allí el sufrimiento atroz que lo hará madurar demasiado tarde; un preso renuncia a la argucia de Sherezade que le ha permitido demorar su condena a muerte; un diácono obsesionado con la mujer de un republicano oculto desencadena con su lascivia la desgracia de aquella a quien pretendía amar.

Este libro es el regreso a las historias reales de la posguerra que contaron en voz baja narradores que no querían contar cuentos sino hablar de sus amigos, de sus familiares desaparecidos, de ausencias irreparables. Son historias de los tiempos del silencio, cuando daba miedo que alguien supiera que sabías. Cuatro historias, sutilmente engarzadas entre sí, contadas desde el mismo lenguaje pero con los estilos propios de narradores distintos que van perfilando la verdadera protagonista de esta narración: la derrota.

Todo lo que se narra en este libro es verdad, pero nada de lo que se cuenta es cierto, porque la certidumbre necesita aquiescencia y la aquiescencia necesita la estadística. Fueron tantos los horrores que, al final, todos los miedos, todos los sufrimientos, todos los dramas, sólo tienen en común una cosa: los muertos. Pero los muertos de nuestra posguerra ya están resueltos en cifras oficiales, aunque ya es hora de que empecemos a recordar que sabemos.

Éste es el primer ajuste de cuentas de Alberto Méndez con su memoria y lo hace emboscado en un flagrante intento de hacerlo desde la literatura. Pocas veces un éxito tan inesperado ha sido tan justo como en este emocionante libro de Alberto Méndez. Más allá de su tupida pero níti­da prosa, del virtuosismo de su estructura o de su fuerza metafórica y poética, sobrecoge la impecable precisión con que sus cuatro historias capturan un dolor inasible y lo exponen sin una palabra de más.