Cuanto más consciente se vuelve uno, más se recuerda a sí mismo, con más cautela actúa, más alerta está, más heridas empiezan a desaparecer, hay menor brotes de ira, menod odio, menos celos y menos sentimientos posesivos. Un día, uno simplemente descubre que todo eso se ha vuelto irrelevante, han pasado a ser historia antigua, ya no se trata de cuestiones vivas sino de cuestiones muertas. Cuando más consciente se vuelve uno, más y más heridas se curan y más se afianza la salud y la integridad.