«El mejor regalo que me han hecho en toda mi vida fue un manojo de perejil». Esta frase siempre le ha llamado la atención a Nico. Su abuelo la repetía una y otra vez como una sentencia. Era difícil imaginar que tras ella se escondía una historia llena de aventuras y peligros que se remontaba a 1936, cuando las calles de Madrid bullían ante la efervescencia de la Guerra Civil. Unos dediles de caña, viejas postales de cine, un león en el parque de El Retiro y dos libros de Juan Ramón Jiménez constituyen las piezas del puzzle que Nico tendrá que resolver.
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