María José Sanchez trabaja de tasadora de arte en una casa madrileña de subastas. Un día recibe la llamada de un antiguo compañero y amante, Jaime González, quien le anuncia que su común amigo, Marcos Molina Schulz, artista de éxito, se ha suicidado. la noticia no sólo devuelve a la narradora a su época de estudiante de Bellas Artes, cuando todavía soñaba con ser pintora, sino que le hace revivir la torrencial historia de amor que vivieron los tres cuando apenas tenían veinte años.